Hoy te voy a contar acerca del reloj interno de tu cuerpo. Muchos de los malestares físicos más comunes son provocados por la rutina moderna, que choca con las necesidades del cuerpo.
Nuestro cuerpo tiene un ritmo natural que opera la 24 hs y se reinicia a la mañana cada vez que nos levantamos con la luz del día.
Este ritmo dirige al cuerpo con respecto a cuándo digerir los alimentos, cómo prepararse para ir a la cama y cómo regular todos los procesos como por ejemplo el funcionamiento correcto del metabolismo, la temperatura corporal, la reparación celular, etc.
Dependiendo la hora del día, el cuerpo cambia de función. Por ejemplo, el ciclo más profundo de sueño es alrededor de las 2 a.m, la temperatura corporal alcanza su nivel más bajo por ahí cerca de las 4 a.m. Y otras funciones ocurren en otros horarios: la agilidad mental está en su punto máximo a media mañana y al mediodía la digestión opera de forma más eficiente, entre otras.
Entonces debemos tener gran atención con respecto a nuestras actividades y rutinas para que no afecten en el funcionamiento óptimo de nuestro organismo.
El cuerpo se confunde cuando no respetamos sus zonas horarias. La luz cambia y el cuerpo no logra orientarse para guiar las funciones corporales, nuestros hábitos están estrechamente relacionados a esto.
Un ejemplo de esto es cuando nos desvelamos viendo tele o trabajando, esto engaña al cuerpo y le hace pensar que todavía no llega la noche. Cenar pesado tiene el mismo efecto. Retrasa el ciclo y altera el sueño, de ahí aparecen dificultades para salir de la cama a primera hora de la mañana. No es posible el buen descanso con pocas horas de sueño, con una digestión más lenta al haber cenado fuera de horario, etc.
Realizar el ejercicio a diario, disfrutar de la luz natural, ayudan a mantener ordenado este ciclo tan importante. Armar una rutina diaria que nos mantenga sanos y llenos de energía es una buena idea para incorporar y disfrutar nuestro día a día.
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